El corazón es un órgano vital que bombea sangre y oxígeno a todo el cuerpo. Al latir constantemente, permite que los nutrientes lleguen a nuestros órganos y tejidos. Sin embargo, si no cuidamos de él, pueden surgir enfermedades cardiovasculares, que son la principal causa de muerte en el mundo.
¿Cuáles son las enfermedades cardiovasculares más comunes?
- Hipertensión arterial: Aumento persistente de la presión en las arterias.
- Infarto de miocardio (ataque cardíaco): Obstrucción del flujo sanguíneo al corazón.
- Insuficiencia cardíaca: Incapacidad del corazón para bombear la sangre adecuadamente.
- Arritmias: Latidos irregulares del corazón.
- Enfermedad cerebrovascular (ictus): Afecta los vasos sanguíneos del cerebro.
¿Cómo prevenir estas enfermedades?
1-Conozca los riesgos: mientras más años tenga, mayor es su riesgo.
2-Controle su presión arterial: La presión arterial alta (hipertensión) es un importante factor de riesgo para las enfermedades del corazón. Es importante que su presión arterial sea revisada regularmente, al menos una vez al año. El riesgo comienza a aumentar a partir de una presión de 115/70 mmHg.
3-Mantenga sus niveles de colesterol y triglicéridos bajo control: Los altos niveles de colesterol pueden obstruir sus arterias y aumentar su riesgo de enfermedad coronaria y ataque al corazón. Sus grasas en la sangre incluyen el colesterol LDL (colesterol malo) HDL (colesterol bueno) y los triglicéridos. Cuanto más bajo su LDL y cuanto mayor sea su nivel de HDL, mejor será su pronóstico.
4-Mantenga un peso saludable: Tal vez note que su metabolismo se ralentiza a partir de los 40 años. Pero puede evitar el aumento de peso si sigue una dieta cardiosaludable y hace mucho ejercicio. El perímetro de la barriga también puede ser una herramienta útil para medir la cantidad de grasa abdominal que tienes. Lo saludable es tener un perímetro abdominal menor de 90cm en los hombres y menor de 80cm en las mujeres.
5-Aliméntese con una dieta saludable: Opta por alimentos ricos en frutas, verduras, granos enteros y grasas saludables, como las encontradas en el aceite de oliva o el aguacate. Reduce el consumo de sal y azúcares añadidos.
6-Haga ejercicio regularmente: Realizar al menos 30 minutos de actividad física diaria de forma moderada, como caminar, nadar o andar en bicicleta, fortalece el corazón y mejora la circulación. El secreto radica en encontrar una rutina de ejercicios que disfrute. Si necesita motivación para hacer ejercicio, busque un compañero de actividad.
Un estilo de vida saludable para un corazón sano
Adoptar hábitos saludables desde una edad temprana es clave para prevenir enfermedades cardiovasculares. Dormir bien, mantenerse activo, comer de manera consciente y gestionar el estrés son pilares fundamentales. Recuerda, el corazón es el motor de tu cuerpo: cuídalo y él cuidará de ti.
7-Controle el estrés: El estrés contribuye a las enfermedades cardiovasculares aumentando la presión arterial y, si es grave, puede causar un ataque cardíaco o muerte súbita. Hay varias opciones que ayudan a reducir el estrés, tales como el ejercicio regular, dormir lo suficiente, una buena relación con su pareja, riendo, escuchar música, enfocarse en algo tranquilo o sereno y meditar, servir como voluntario, o asistir a los servicios religiosos.
8-Asegúrese de dormir lo suficiente: La mayoría de los adultos necesitan de cuatro a siete horas de sueño por noche. Asegúrese de tener buenos hábitos de sueño. Las personas que no duermen lo suficiente tienen un mayor riesgo de obesidad, hipertensión arterial, ataque cardíaco, diabetes y depresión. Haz del sueño una prioridad en tu vida. Establece un horario de sueño y cúmplelo al acostarte y despertarte a la misma hora todos los días. Mantén tu dormitorio oscuro y silencioso, para que sea más fácil dormir.
9-Evita el tabaco y el alcohol en exceso: Fumar daña las arterias, mientras que el alcohol en exceso puede elevar la presión arterial.
10-Acude al médico, mantén tus revisiones médicas regulares: Controla tu salud cardiovascular periódicamente. Si eres mujer, recuerda que es muy importante hacerlo cuando llega la menopausia. Acudir al médico al menos una vez al año para hacerse un chequeo, medir la tensión, someterse a una analítica que permita revisar la glucosa en sangre, el colesterol, los triglicéridos, etc., es muy recomendable. Las personas sanas también necesitan médicos.