Dra. Madalane Cunningham, Maestría en Administración de los Servicios de Salud con Énfasis en Auditoría de Servicios de Salud.
‘Muchas de las cosas que nosotros necesitamos pueden esperar, los niños no pueden, ahora es el momento, sus huesos están en formación, su sangre también lo está y sus sentidos se están desarrollando, a él nosotros no podemos contestarle mañana, su nombre es hoy’ (Gabriela Mistral).
La visita de los niños al odontólogo debe ser tan regular como la visita al pediatra. No importa si el bebé aún no tiene dientes, ya que en ese momento se enseña a la madre cómo limpiar sus encías, lo que marcará la diferencia en futuras visitas.
De esta manera, logramos una salud integral, optimizando las visitas a las instalaciones de salud: pediatra, vacunas y odontólogo. Aunque los recién nacidos y los bebés no tienen dientes, es fundamental cuidar la boca y las encías. Siga estas recomendaciones:
- Use un paño húmedo para limpiar las encías del bebé después de cada comida.
- No ponga a dormir a su bebé o niño pequeño con un biberón de leche, jugo o agua azucarada.
- Utilice solo agua en los biberones a la hora de dormir.
- Comience a usar un cepillo de dientes suave en lugar del paño tan pronto como salga el primer diente (generalmente entre los 5 y 8 meses de edad).
- Lleve al niño al odontólogo cada seis meses.
Después de la educación brindada por el odontólogo, es importante reforzar el cepillado dental en casa.
Una vez que los niños comienzan el primer grado, el programa escolar suele incluir atención odontológica. Los niños que mantienen sus encías limpias y se cepillan los dientes diariamente se sentirán más cómodos en las visitas regulares al odontólogo.
Es importante recordar que el dolor afecta nuestra capacidad de concentrarnos, y los niños no son la excepción. Una mala higiene bucal puede provocar caries, que a veces son profundas y causan dolor, fiebre e hinchazón.
Su salud es nuestra prioridad. ¡Le esperamos!