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Maternidad y autocuidado: Un equilibrio necesario después del parto

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La llegada de un bebé es un momento de inmensa alegría, pero también puede ser un desafío emocional y físico para las madres. En este contexto, el período posparto, que abarca las primeras seis semanas después del nacimiento, se convierte en una etapa crítica tanto para la madre como para el recién nacido. Es fundamental que las mujeres prioricen su bienestar físico, mental y emocional durante este tiempo, ya que su recuperación no solo influye en su salud, sino también en el desarrollo y cuidado del bebé.

El cuerpo de una madre experimenta una serie de cambios significativos tras el nacimiento. Es normal sentir cansancio extremo, molestias musculares y cambios hormonales que pueden influir en el estado de ánimo.

Descanso adecuado: Aunque puede ser difícil con un recién nacido, es esencial aprovechar las siestas del bebé para dormir y evitar el agotamiento.

Nutrición equilibrada: Consumir alimentos ricos en hierro, calcio, proteínas y ácidos grasos omega-3 es clave para reponer las reservas del cuerpo y mantener una buena producción de leche materna.

Hidratación: Beber suficiente agua ayuda a la recuperación y al amamantamiento.

Ejercicio suave: Caminar o realizar ejercicios postnatales puede mejorar la circulación, reducir el estrés y fortalecer el suelo pélvico.

El posparto puede venir acompañado de cambios emocionales significativos, incluyendo la llamada «melancolía posparto» o, en casos más severos, depresión posparto. Algunas prácticas recomendadas son:

  • Hablar de las emociones: Compartir sentimientos con seres queridos o profesionales puede aliviar la carga emocional.
  • Establecer una red de apoyo: Contar con amigos, familiares o grupos de madres puede marcar una gran diferencia.
  • Buscar ayuda profesional: Si los sentimientos de tristeza, ansiedad o irritabilidad persisten, es importante consultar con un especialista.

El Ministerio de Salud, alineado con las directrices de la OMS, insta a las madres a priorizar sus citas médicas posparto asistiendo a las instalaciones de salud del MINSA. Estas visitas no solo son esenciales para la madre, sino también para el bebé, ya que permiten:

  • Realizar un seguimiento del desarrollo físico y neurológico del recién nacido.
  • Administrar las primeras vacunas que lo protegerán de enfermedades graves.
  • Resolver inquietudes comunes como patrones de sueño, alimentación y cuidados básicos.

Identificar posibles complicaciones como infecciones, hemorragias o problemas derivados del parto.

Monitorear la recuperación del útero y otros órganos reproductivos.

 

Resolver dudas sobre el amamantamiento y prevenir problemas como mastitis o falta de producción de leche.

Promover la lactancia exclusiva, recomendada por la OMS como el mejor alimento para el bebé durante los primeros seis meses.

Es un momento ideal para discutir opciones de control natal adaptadas a las necesidades y estado de salud de la madre.

Esto ayuda a prevenir embarazos no planificados y proporciona tiempo para que el cuerpo de la mujer se recupere adecuadamente antes de un nuevo embarazo.

Las revisiones médicas posparto son una oportunidad para construir un futuro saludable. Una madre en óptimas condiciones físicas y emocionales está mejor preparada para brindar amor, cuidado y atención a su hijo. Además, al fortalecer el vínculo con los servicios de salud, se fomenta una cultura de prevención y bienestar que beneficia a toda la familia.