Autor: Dr. César Cuero /Medicina Interna y Nefrología
La diabetes mellitus es una pandemia, declarada así desde hace mucho tiempo. Cada año va en aumento exponencial el número de pacientes que la padecen, sin que se pueda controlar esta situación, que resalta más en los países con menos recursos económicos para dedicarlo a la salud.
Es bien conocido que la carta de presentación de la diabetes es la elevada concentración de la glucosa en la sangre, lo cual es ocasionado por una baja producción de insulina por parte del páncreas o una pobre respuesta a ella.
Todo esto lleva a que otros órganos a distancia del páncreas se afecten y alteren su función. De estos los más afectados son la retina que conlleva a la disminución de la visión y los riñones donde ocasiona la nefropatía diabética.
La nefropatía diabética es en algunos países la primera o segunda causa de entrada a diálisis por enfermedad renal crónica y esta situación en Panamá va en aumento sin un control adecuado.
Para prevenir la nefropatía se recomienda controlar el nivel de azúcar en sangre y la presión arterial.
La constante concentración alta de glucosa en sangre, ocasiona daños a la estructura microscópica de los riñones, ocasionando que aparezca albúmina en la orina en cantidades anormales. Esta es la más temprana manifestación de lesión renal ocasionada por la diabetes y un signo de alarma que debe ser atendida de inmediato. A la presencia de albúmina en orina se le llama albuminuria.
Es bueno saber que hay situaciones que pueden hacer que una persona elimine albumina en la orina y que son transitorias y no indican lesión renal permanente. Tal es el caso del ejercicio como caminar o trotar, la fiebre y el ingerir altas cantidades de proteínas. Todas hacen que aparezca por un corto tiempo albúmina en orina y luego desaparece. También cuando se tiene una infección urinaria usualmente aparece albuminuria, que se corrige al curar la infección.
La albuminuria ocasionada por la diabetes aparece primero en forma intermitente, es decir, que aparece en un examen de orina si y en otro no, por varias semanas, hasta que su aparición se hace permanente. A partir de este momento, se ha establecido la nefropatía diabética.
Es bueno saber que la nefropatía diabética en sus estadios iniciales puede ser controlada y curada, estableciendo un control estricto de los niveles de azúcar en sangre hasta normalizarlos. Para ello se utilizan medicamentos orales o insulina según sea el caso, hasta que los valores de glucosa en sangre sean normales. No vale que estos valores estén cerca de lo normal, ya que se sigue el proceso de daño renal, más lento, pero no se detiene. Por tanto, el paciente diabético debe estar atento a esto.
Entonces, ¿Qué hacer para evitar esta lesión? Como diabético usted debe realizarse un examen de sangre que evalúe glucosa y hemoglobina glicosilada, al menos cada 4 meses, y al mismo tiempo hacerse un examen de orina. Quiero insistir en la importancia de hacer examen de glucosa y orina al mismo tiempo. No es inusual que los pacientes y también algunos colegas que los atienden vigilen y se concentren en la glucosa solamente, y así vemos que a lo largo de un año no hay ningún examen de orina. En esto, es el paciente diabético el que debe estar atento y realizase su urinálisis cada 4 meses.
Quiero detenerme en un punto importante, las cruces de albúmina o valores bajos según como se reporte la misma, no tiene importancia en sí, porque a lo largo del día varían en la orina. Lo importante no son las cruces de albúmina, sino que esté presente siempre, en forma permanente. Eso es lo que indica la presencia de nefropatía diabética.
Que hacer cuando usted ve en su examen de orina marcado como positivo la albúmina (en algunos formularios de examen se marca como proteinuria ), usted debe acudir a su médico de atención primaria para que lo evalúe y le ayude a saber que está pasando.
Eso sí, no olvide que, si tiene presencia de albúmina en varios exámenes, usted debe solicitar a su médico tratante que lo refiera de inmediato a un nefrólogo. Ya hemos señalado que la nefropatía diabética en sus inicios es reversible y curable.
Recuerde y tenga presente, la nefropatía diabética se detecta fácilmente, haciéndose un examen de orina cada 4 meses si es diabético. Si se detecta su presencia en forma permanente, debe ser referido de inmediato a un nefrólogo.
A las personas no diabéticas se les recomienda que se hagan un urinálisis cada 6 meses.
Hay que resaltar que la hipertensión arterial afecta los riñones al mantener constantemente elevada la presión alta, y también tiene como señal temprana de lesión renal la aparición de albúmina en orina. En otra ocasión hablaremos de ello.
