Autora: Dra. Joan Levin Ford Médica, Radióloga y Docente
En 1994 la OMS define que la Osteoporosis es una enfermedad ósea y la relación a la pérdida de calcio, posteriormente la redefine como una enfermedad sistémica musculo esquelética con alteración de la resistencia de la micro arquitectura ósea, por fragilidad con aumento del riesgo de fractura; al estudiar a fondo la fisiopatología se comprende la relación entre la formación, resorción y el remodelado óseo, la acción de las hormonas, amino ácidos, vitaminas y micronutrientes.
Siendo una condición asintomática y progresiva, amerita identificar a las personas en riesgo primario o por enfermedades secundarias, tomar medidas de prevención desde la pubertad, la función gonadal y la alimentación balanceada, la actividad física, evitar hábitos gastadores como el tabaquismo, el alcohol, medicamentos como cortisona a largo plazo entre otros.
Debido a que a partir de los 20 años el esqueleto acumula una reserva mineral ósea llegando al pico máximo promedio cerca de los 40 años, se ha definido como método de detección la Densitometría, con escalas acorde a la etnia, sexo, edad, peso, estatura, mide de los 20 a 100 años y los parámetros de interpretación están regulados por normas de consenso internacional.
Prevenir la primera fractura es la meta del tratamiento, con los nutrientes, hormonas, fármacos anti resortivos o formadores óseos, de acuerdo a la condición del paciente y su apego a seguir la instrucciones.
Las tres zonas de mayor incidencia de fractura son el antebrazo o Colles, de los cuerpos vertebrales por aplastamiento, compresión o cuña y que pasan desapercibida, condiciona la cifosis, disminución de la estatura y de la cadera en cualquiera de sus 3 segmentos, con 30 % de mortalidad en la fase aguda por embolia pulmonar o por las otras enfermedades.
