Autoras: Mgtr. Diana Varela / Jefa de la Sección de Adulto Mayor / Idoneidad: N° 506
Mgtr. Guadalupe Quiroz / Psicóloga de la Sección de Salud Mental / Idoneidad: N° 5616
La ciencia no solo proporciona los fundamentos para mejorar la atención a pacientes con Alzheimer, sino que también ofrece esperanza tanto a sus familiares como a quienes conviven con esta enfermedad.
Como órgano central de nuestro cuerpo y motor de nuestras acciones, el cerebro es altamente susceptible a alteraciones, las cuales influyen directamente en cómo nos sentimos, actuamos y nos relacionamos con nuestro entorno. Sus repercusiones trascienden lo biológico, impactando significativamente el ámbito psicosocial, especialmente en personas con Alzheimer y a sus familias.
El Alzheimer es la forma más común de demencia a nivel mundial, que afecta la memoria y otras funciones cognitivas. Aunque sus causas exactas son aún objeto de investigación, se sabe que es una enfermedad neurogenerativa multifactorial, relacionada con factores genéticos, biológicos y del estilo de vida. La enfermedad presenta una mayor prevalencia en mujeres y puede manifestarse en dos formas: de inicio temprano (antes de los 65 años) y de inicio tardío (a partir de los 65 años).
Cuando una persona olvida lo que hace, no recuerda dónde deja las llaves, pierde la noción del tiempo, se desorienta del lugar donde está, se siente apático e irritable constantemente y/o agresivo; son solo algunos de los síntomas característicos del Alzheimer, que se agravan en el tiempo, desde una etapa leve, moderada y grave, hasta que la persona deja de ser funcional en sus actividades básicas de la vida diaria y se vuelve dependiente de un cuidador.
La falta de un diagnóstico definitivo en las primeras etapas del Alzheimer dificulta el manejo temprano de los síntomas y puede generar gran estrés en los familiares. Un abordaje integral, que incluya a diferentes profesionales, es fundamental para brindar apoyo emocional y práctico tanto al paciente como a su entorno. Las técnicas psicológicas y el tratamiento farmacológico resultan claves para afrontar las diversas etapas de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de todos los involucrados.
El Alzheimer más allá de ser una enfermedad que afecta solo a quienes lo padecen, desafía a nuestra sociedad a reconocer la dignidad de las personas con Alzheimer, de crear conciencia sobre la enfermedad para reducir el estigma que solo divide e invalida los derechos de todo ser humano. Necesitamos actuar juntos en el aquí y el ahora para construir una sociedad que se preocupa por las personas con demencia.