Autora: Licda. Enélida Guerra /Jefa del Departamento de Técnicas de Promoción de la Salud/MINSA
La Dirección Nacional de Promoción de Salud, en conjunto con la Dirección General de Salud y la Oficina de Relaciones Públicas, participó en el Taller de validación del Programa Regional de Educación Continua y Programa de Educación Comunitaria en Enfermedad Renal Crónica no Tradicional en Centroamérica y República Dominicana” en Antigua, Guatemala, del 26 al 27 de noviembre de 2024.
Se realizó en el marco del proyecto “Apoyo a la implementación de la estrategia para prevención, mitigación y control de la Enfermedad Renal Crónica de Origen No Tradicional (ERCnT) en Centroamérica y República Dominicana”.
Estos programas están basados en que la Enfermedad Renal Crónica de origen no tradicional (ERCnT), ha surgido como una problemática de salud pública en la región de Centroamérica y República Dominicana que ha afectado principalmente a trabajadores agrícolas y comunidades rurales. (Orantes CM, 2014). Está asociada a factores de riesgo no tradicionales, que implican condiciones laborales y ambientales adversas, como la exposición prolongada al calor extremo y la deshidratación crónica (Weiner DE, 2013).
Los estudios demuestran una mayor prevalencia de función renal reducida e incidencia de lesiones renales agudas progresiva, en personas que realizan trabajos extenuantes a altas temperaturas, sugiriendo que el estrés por calor y la deshidratación, contribuyen al inicio o progresión de la enfermedad. (Hansson E, 2019).
Esta enfermedad representa un problema de alto interés, por sus factores predisponentes y su complejidad de su etiología, aunado a la fragilidad de la población afectada, su alta prevalencia, la multi fármaco dependencia, los elevados costos terapéuticos en todas sus etapas, la ermortalidad que es alta, y además incrementa las muertes prematuras potencialmente evitables (MPPE), ocasionando “un impacto negativo sustancial en el desarrollo social y económico de los países afectados. (Pearce N, 2018)
En este sentido, surgen estos planes relacionados a la decisión del Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica y República Dominicana (COMISCA) como Órgano Político del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), en el año 2013, el cual colocó la ERC dentro de la agenda regional (COMISCA, 2013)
y en el año 2018 acordó priorizar el tema para definir acciones pertinentes a su prevención. (COMISCA, 2018)
Con la elaboración de la Resolución COMISCA 27-2018 emitida por el COMISCA, se han observado importantes adelantos en el abordaje de la ERCnT en los países de la región y se incluyó el desarrollo de la Estrategia de Enfermedad Renal Crónica no Tradicional, como una línea de acción del Plan de Salud de Centroamérica y República Dominicana (PSCARD) 2021-2025, considerando los determinantes de la salud y aspectos asociados con la enfermedad.
Como país, a Panamá le corresponde desarrollar estos planes de educación en enfermedad renal crónica para el año 2025, fortaleciendo las capacidades para la transmisión de información a nivel comunitario y mejorando los esfuerzos regionales en la prevención de la ERCnT y la promoción de la salud renal.
De las 9 estrategias planteadas, la primera está relacionada con la formación académica y capacitación técnica operativa, aspectos vinculados con la presente iniciativa.
De esta manera, se desarrolla el proyecto “Apoyo a la implementación de la Estrategia para la prevención, mitigación y control de la Enfermedad Renal Crónica no tradicional en Centroamérica y República Dominicana”, con el apoyo de fondos de la cooperación con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y con el apoyo del Fondo España SICA. Se establece la implementación de acciones para el cumplimiento de la línea estratégica 1 de la Estrategia Regional, mediante actividades de capacitación de recursos humanos en salud y de educación comunitaria.
Como respuesta, busca proporcionar herramientas necesarias para identificar los factores de riesgo e implementar estrategias preventivas que puedan reducir su incidencia y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas. Además, fortalecer las capacidades para la transmisión de la información a nivel comunitario, permitiendo mejorar y equiparar los esfuerzos regionales en la prevención de la ERCnT y la promoción de la salud renal. De igual manera, la planificación de la ejecución en nuestro país.