Autor: Jack Dayan Sasson
Estudiante de la Licenciatura en Nutrición y Dietética de la Universidad Interamericana de Panamá (UIP)
Introducción
En este embudo de dudas, desinformación y “consejos” de influencers, la relación entre la nutrición y el cáncer parece una batalla por la verdad. Una verdad que, muchas veces, se aprovecha de la inquietud y la esperanza de los pacientes para vender curas milagrosas.Pero la ciencia, a diferencia de la moda, no promete: demuestra.
Hablar de nutrición en el cáncer de mama es hablar de acompañamiento, prevención y calidad de vida. No existe un alimento mágico que cure, pero sí hábitos alimentarios que disminuyen el riesgo, mejoran la tolerancia a los tratamientos y fortalecen el cuerpo durante la recuperación.
Prevención Nutricional
Se estima que entre un 30 % y un 40 % de los casos de cáncer podrían prevenirse mediante una alimentación adecuada y un estilo de vida saludable (World Cancer Research Fund, 2023).
Una dieta protectora contra el cáncer de mama incluye:
- Frutas y verduras ricas en antioxidantes, vitaminas C y E, y fitoquímicos que neutralizan radicales libres.
- Granos integrales y legumbres, por su contenido en fibra, que ayuda a regular los niveles de estrógenos y bajar el colesterol.
- Grasas saludables, especialmente los ácidos grasos omega-3 provenientes del pescado, linaza o nueces.
- Control del peso corporal, ya que el exceso de tejido adiposo eleva los niveles de estrógenos y la inflamación sistémica.



Sin embargo, la pérdida de peso debe realizarse con supervisión profesional. Diversos estudios han demostrado que la reducción controlada de grasa corporal puede mejorar la respuesta inmunológica y hasta ayudar a revertir la progresión de ciertos tipos de cáncer de mama.

supervisión profesional.
Pero hacerlo de forma inadecuada —por dietas extremas, ayunos prolongados o restricciones sin guía— puede provocar desnutrición, pérdida de masa muscular y empeorar el pronóstico.
Por eso, es fundamental acudir a un profesional en nutrición oncológica, quien puede diseñar un plan seguro, adaptado al tratamiento y al estado clínico de cada paciente.
Reducir el consumo de alcohol, azúcares refinados y carnes procesadas también se asocia con menor riesgo de cáncer de mama (American Cancer Society, 2024).
Durante el Tratamiento: Nutrición como Soporte
Cuando una mujer atraviesa quimioterapia o radioterapia, su cuerpo no solo lucha contra el tumor, sino también contra los efectos secundarios del tratamiento. En este proceso, la nutrición se convierte en una herramienta terapéutica fundamental.


El objetivo no es comer más, sino comer mejor: mantener el peso, preservar la masa muscular y fortalecer el sistema inmunológico.
Náuseas, vómitos y pérdida del apetito
Las náuseas y los vómitos son reacciones comunes durante el tratamiento. Para controlarlos, se recomienda:


1.Comer en pequeñas porciones varias veces al día.
2.Evitar los olores fuertes y las comidas muy grasosas o muy condimentadas.
3.Preferir alimentos secos (pan tostado, galletas tipo soda, arroz blanco, papas hervidas o cereales simples), ya que las comidas muy húmedas pueden acentuar el reflejo nauseoso.
4.Mantener los alimentos a temperatura ambiente o fríos.
5.Tomar líquidos entre comidas, no durante ellas.
6.Después de comer, no acostarse inmediatamente. Es importante mantener una inclinación del cuerpo entre 45° y 60° (sentado o reclinado) durante al menos 30 minutos para evitar el reflujo y las náuseas.
El cuerpo, en estos momentos, necesita alivio más que sabor: alimentos simples, ligeros y fáciles de digerir.
Hidratación y Recuperación
La hidratación es esencial durante el tratamiento. El agua favorece la eliminación de toxinas, mejora la función renal y ayuda a reducir la fatiga.
Se recomienda consumir entre 2 y 2.5 litros de líquidos al día (siempre consultar a un especialista), preferiblemente agua, infusiones naturales o caldos claros.
Cuando hay vómitos o diarrea, se deben reponer los electrolitos con bebidas que contengan sodio y potasio, o con soluciones caseras (agua con limón y una pizca de sal).
Conclusión
El cáncer de mama no solo se combate con medicamentos, sino también con cada elección diaria en la mesa.
La nutrición no es una promesa vacía, sino una aliada silenciosa que fortalece, previene y acompaña.
Prevenir no es dejar de comer, sino aprender a comer con conciencia y con guía profesional.
Y durante el tratamiento, cada bocado se convierte en un acto de amor propio y resistencia.
Porque al final, cuidar lo que entra en el cuerpo es también una forma de decir: quiero seguir viviendo bien.

Quiero seguir viviendo bien.
Referencias
American Cancer Society. (2024). Breast Cancer Prevention and Early Detection.
World Cancer Research Fund. (2023). Diet, Nutrition, Physical Activity and Cancer: A Global Perspective.
Rock, C. L., Thomson, C. A., Gansler, T., et al. (2022). Nutrition and physical activity guidelines for cancer survivors. CA: A Cancer Journal for Clinicians, 72(4), 230–262.





