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Microbiota y Cáncer de Mama: La Conexión Oculta

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Autora: Melissa I. Noriega C.Asesora Nutricional Registro n° 746 | Folio 301

El cáncer de mama es una de las principales causas de muerte entre mujeres a nivel mundial. A pesar de los avances en detección y tratamiento, la prevención sigue siendo un aspecto crucial. En los últimos años, la investigación ha comenzado a revelar la importancia de la microbiota intestinal en la salud general y su posible conexión con el cáncer. Este artículo explora cómo la microbiota puede influir en el riesgo de cáncer de mama y qué estrategias nutricionales podemos adoptar para promover un microbioma saludable.

La microbiota intestinal (antes referida como flora intestinal) se refiere a la comunidad de microorganismos que habitan en nuestro cuerpo, especialmente en el intestino. Estos pequeños habitantes, que incluyen bacterias, virus, hongos y protozoos, juegan un papel fundamental en la digestión, el sistema inmunológico y a mantener el equilibrio en nuestro organismo. La composición de la microbiota puede variar de una persona a otra y está influenciada por factores como la dieta, el estilo de vida, el entorno y la genética.

Inflamación y Estrés Oxidativo

La microbiota desempeña un papel clave en la regulación de la inflamación y el estrés oxidativo en el cuerpo. El estrés oxidativo es como un desequilibrio en el cuerpo que ocurre cuando hay demasiados «radicales libres» (sustancias dañinas) y no suficientes «defensores» (antioxidantes) para neutralizarlos. La inflamación crónica se ha relacionado con el desarrollo de diversos tipos de cáncer, incluido el cáncer de mama. Un microbioma equilibrado puede ayudar a reducir la inflamación, mientras que una disbiosis (un desequilibrio en la microbiota) puede contribuir a un estado inflamatorio.

La microbiota también ayuda a procesar ciertos alimentos y a producir sustancias beneficiosas. Por ejemplo, algunas bacterias intestinales convierten la fibra de los alimentos en ácidos grasos que protegen nuestras células contra el cáncer. Si no tenemos una buena microbiota, esta producción puede verse afectada.

Estrógenos y Cáncer de Mama

Los estrógenos son hormonas que pueden influir en el desarrollo del cáncer de mama, ya que la exposición a niveles elevados de estrógenos se ha asociado con un mayor riesgo. Algunas bacterias en nuestros intestinos pueden ayudar a descomponer los estrógenos, reduciendo así su efecto en el cuerpo. Si nuestra microbiota está desequilibrada, podríamos estar expuestos a niveles más altos de estas hormonas, lo que aumenta el riesgo de cáncer.

Dieta Rica en Fibra

Una de las formas más efectivas de promover una microbiota saludable es a través de una dieta rica en fibra. Los alimentos como frutas, verduras, menestras y granos enteros son excelentes fuentes de fibra que alimentan a las bacterias beneficiosas en el intestino. La fibra alimenta a las bacterias buenas en tu intestino, así ayudando a mantener el equilibrio, lo que puede ayudar a reducir la inflamación y proteger contra el cáncer.

Alimentos Fermentados

Los alimentos fermentados, como el yogur, el kéfir, el kimchi, son ricos en probióticos, que son microorganismos vivos que benefician la salud intestinal. Consumir regularmente estos alimentos mayor variedad de bacterias buenas a tu intestino. Aparte de aportar un beneficio antiinflamatorio, te ayudarán a tener una digestión más amena.

Evitar Alimentos Ultraprocessados

Los alimentos ultraprocesados, ricos en azúcares añadidos y grasas trans, pueden alterar negativamente la microbiota. Un consumo elevado de estos productos se ha asociado con una mayor inflamación y un mayor riesgo de enfermedad. Por lo tanto, es recomendable limitar la ingesta de estos alimentos y optar por opciones más naturales y mínimamente procesadas.

Suplementos Pro y Prebióticos

Si bien una dieta equilibrada es fundamental, en algunos casos, los suplementos de probióticos y prebióticos pueden ser beneficiosos. Es importante consultar con un profesional de la salud antes de iniciar cualquier suplemento, ya que la calidad y la composición de estos productos pueden variar significativamente.

Estrés y Sueño

El estrés crónico y la falta de sueño pueden afectar negativamente la microbiota intestinal. Estrategias de manejo del estrés, como la meditación y el ejercicio, así como la promoción de un sueño adecuado, son fundamentales para mantener una microbiota saludable.

 Por otro lado, tener un intestino saludable puede ayudarte a sentirte mejor mentalmente. Incluso, bacterias buenas en tu intestino pueden ayudar a producir sustancias que mejoran tu estado de ánimo, como la serotonina, que es conocida como «la hormona de la felicidad».

Aunque aún queda mucho por descubrir, adoptar un enfoque proactivo hacia la salud intestinal a través de una alimentación adecuada y un estilo de vida saludable puede ser una estrategia valiosa en la prevención del cáncer de mama.

Invitamos a todos a reflexionar sobre su alimentación y estilo de vida. Considera hacer pequeños cambios, como aumentar la ingesta de fibra, incorporar alimentos fermentados y practicar el autocuidado, para promover un microbioma saludable y reducir el riesgo de cáncer de mama.